miércoles, 29 de enero de 2014

Construirse como persona

Antes, tan conducido y dirigido, tan meticulosamente metido en el camino.
Ahora, en medio de un verde prado sin ninguna senda que seguir... La inmensidad te espera. Infinitas posibilidades y sólo una persona para escoger la adecuada: tú.
De pequeño preguntabas por qué no tenías ni voz ni voto en nada, y ahora te preguntas por qué nadie te puede echar un cable. La respuesta es sencilla: este camino sólo lo puedes construir tú. Al principio te parecerá difícil y trabajoso, pero hermoso al mismo tiempo. Y esperanzador. Un mundo de posibilidades al alcance de tu mano. Sólo basta con desear algo y realizarlo, porque tú eres el dueño de tu vida. Tú y nadie más.
Es ahora cuando comienzas a sentirte libre, sin cadenas que te aten, pero desprotegido al mismo tiempo. Ahora es cuando haces lo que quieres para modificar el paisaje; pero cuidado, porque cualquier detalle que modifiques te cambiará a ti también.

¿Quién eres ahora? ¿Quién quieres ser? ¿Qué rumbo vas a seguir?
En la historia de la humanidad, no hay dos paisajes iguales.

viernes, 24 de enero de 2014

Euphoria



Cuando la música se escucha más fuerte que tus pensamientos y gritas tantísimo durante tanto rato que ni siquiera sabes si algún sonido sale de tu boca... Una vibración recorre tu espina dorsal; aférrate a ella. Olvídate de la vergüenza, despréndete de la timidez, ríete hasta llorar. Baila como si no hubiera un mañana porque, ¿y si no lo hay?

Imagínate que hoy es el último día que pasas en la Tierra. ¿Qué te gustaría hacer? ¿Cuál sería una buena manera de poner fin a tu historia? Seguro que varias cosas acuden a tu cabeza. Y mi pregunta es, ¿qué te impide hacerlas? ¿Por qué te quedas de brazos cruzados esperando a que tu vida pase, mirando cómo suceden las cosas, en vez de actuar y hacer lo que realmente quieres? ¿Nunca te has parado a pensar en por qué los pájaros se quedan en el mismo sitio pudiendo ir a cualquier lugar? ¿Te has dado cuenta de que somos como ellos?

Así que equivócate, disfruta, llena tu vida de recuerdos memorables y muérete con una sonrisa en la boca. Porque uno se puede arrepentir de hacer algo, pero mucho peor es el sentimiento de no haberlo intentado.

Haz cada momento inolvidable y grábalo a fuego en tu memoria; de esa manera podrás vivir continuamente en estos recuerdos y tener felicidad ilimitada. Un segundo para siempre.

Carpe Diem. Siéntete vivo.

lunes, 20 de enero de 2014

La Partida de Ajedrez


Blancas abren, como siempre.
Las negras se resignan porque no les queda otra y, aun así, comienzan pensando que no están en desventaja.

Los peones blancos, gráciles, andan con sus sinuosos pasos, casi sin darse cuenta. Los caballos, saltan con agilidad y firmeza. La reina bosteza, aburrida; no le interesa para nada esa partida.
Poco a poco, se va vaciando el tablero. Cada vez queda menos para obtener un vencedor, y ambos bandos están al tanto.

Un rey y un peón negros contra todo el ejército blanco.

Ya sin mensajeros, ni esposa, ni caballeros... ¿qué le queda al monarca? Muy de vez en cuando, y de repente, se pone a sollozar a espaldas de las blancas. No pueden ver su flaqueza; eso le destruiría. Por ello, concentra toda su energía en ese peón. Quizá es débil e insignificante, pero es la única manera de mantenerse con vida. Además de que él es el único que puede revivir a su esposa.

Las blancas se ríen. ¡Qué ingenuo es! Intenta aparentar que es poderoso y que tiene confianza en su peón... Juguemos un rato con él, alimentemos su única esperanza de seguir con vida. Y finjamos que sus convicciones son ciertas.

El peón está sonriente. Cada paso que da, lo da con más firmeza; más seguro de sí mismo. "Puedo hacerlo, el rey estará orgulloso de mí". Lágrimas de alegría resbalan por sus mejillas.
El rey, a sus espaldas, se arrepiente. ¿Por qué ha dejado que el peón se creyera que tenían posibilidades? ¿Por qué él mismo se lo creyó? En todas las partidas jugadas ha pasado lo mismo, y en todas vuelve a cometer el mismo error.

Muere el peón. El rey negro ya se había hecho a la idea pero, aunque se preparó mentalmente para el golpe, perder el peón una y otra vez le desgarra por dentro. ¿Hubiera sido mejor sacrificarlo al inicio de la partida? Ha estado haciéndole creer que era poderoso, pero hasta el mismo monarca estaba convencido de ello.

Las blancas, victoriosas, ni siquiera se ven concentradas en la guerra. Ellas tienen talento natural y, cansadas de ganar, no aprecian la victoria. Si por una vez (¡una vez!) fuera el rey negro el que ganara, las cosas serían muy diferentes.


El último pensamiento de la última pieza negra antes del inevitable jaque-mate es "¿Quién ha decidido que abran las blancas si son las que mejor juegan?"


viernes, 17 de enero de 2014

Words don't come easy... to me


Hace tiempo que necesitaba un rinconcito como este. Lo que no sé es por qué he tardado tanto en decidirme a hacerlo. Miento; sí que lo sé. Mi anonimato en Internet es relativo y que alguien lea lo que escribo, pienso, o disfruto me hace sentir vulnerable. Pero una vez dado el paso de hacer click en el botón "Crear blog" me siento más fuerte, por poder derrotar otro de mis miedos.
Lo que no es un secreto es mi pasión por la lectura. Quien haya llegado hasta aquí a causa de mi otro blog lo sabrá bien. Los libros me han acompañado en los peores momentos, y han sido los únicos que me han tratado como a una más y me han ayudado a seguir soñando. Por ello, refugiarme en las palabras siempre ha sido mi vía de escape... aunque poca gente lo sepa.
Por si alguien se lo pregunta, el título de este post no es una canción al azar. Es la explicación de por qué me he refugiado también en la escritura (porque... ¿por qué no limitarse a leer?). Una timidez extrema siempre me ha dificultado la comunicación con cualquiera. Las palabras simplemente no venían a mí cuando las necesitaba, o venían pero no se dignaban a salir de mi boca. En cambio, cuando escribía lo hacía para mí, y no tenía miedo. ¿Quién se iba a reír de mí por equivocarme si nadie me leía? A veces, escribir me servía para ordenar pensamientos o simplemente para descubrir qué pensaba yo en realidad. ¡Imaginaos cómo debía ser el hilo de mis pensamientos para que ni yo me entendiera!
Por ello, siento que estoy en deuda con las palabras, y es por eso que ha nacido Caressing Words. Mi objetivo es que sea un lugar para compartir, pensar o descubrir la fuerza de la palabra escrita. Independientemente de si alguien me vaya a leer o no, siento que necesito dejar salir lo que he estado reprimiendo todos estos años (aunque sea malo; siempre hay lugar para aprender).
Para terminar, sólo voy a decir un último detalle. Aquí no seré Sedy; podéis llamarme Noelia, o Lia (que es una especie de diminutivo de mi nombre). Ya que vais a estar en mi cabeza... lo mínimo es saber mi nombre.